Te columpiabas de mi pelo 
cuando yo de un mordisco atravesé tus entrañas 
masticándolas lentamente como a un chicle de fresa salvaje. 
Fue entonces que con mi palma húmeda hice un esténcil en tu pecho, 
ella delineada con la saliva de tus besos 
moja d o s 
- con tu aliento borboteante caliente: ahogado entre la bugambilia purpúrea - 
y me.te escupí y te.me engulliste
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario